En la infancia los niños suelen confundir la realidad con la fantasía. Les gusta hacer cuentos e inventar historias y nos hace al adulto cómplice de sus “juegos mentirosos”, le gusta que participemos de su mundo y de su realidad; pero en esta etapa los niños no mienten con malicia, su intención es totalmente inocente, y con la maduración éste recurso desaparecerá.
A medida que los niños van creciendo y adquiriendo mayor conciencia de la realidad, empiezan aprender que si moldean la realidad pueden obtener ciertas cosas y es ahí donde la mentira se empieza a utilizar de forma más intencionada y donde pueden empezar aparecer los problemas con ella.
Las mentiras ocasionales no tienen por qué ser preocupantes, solo si se convierten en hábito es cuando habría que intervenir.
La adolescencia es una etapa de búsqueda de la propia identidad, de la autonomía, de la independencia y de la diferenciación con los padres; por eso hay muchas ocasiones en las que los deseos de los adolescentes no coinciden con los de los padres, y eso es caldo de cultivo para la aparición de las mentiras.
En esta etapa, salvo en el caso de psicopatologías, ya no puede decirse que no se diferencie la realidad de la fantasía, como hemos descrito que ocurría en la infancia. Cuando el adolescente miente lo hace con la intención de ocultar algo, o para evitar un conflicto, o como llamada de atención, etc…
Es importante que tengamos en cuenta que en un adolescente mentir no es un crimen, es una indicación de que no ha encontrado el modo de desempeñarse bien en un aspecto de su vida, que por ser joven y su inexperiencia adopta una actitud que le parece la salida más sencilla; es tarea de los padres ayudarlo a comprender que a veces el camino más fácil es el que más problemas trae, y que hay mejores modos de obtener las cosas que queremos.
En numerosas ocasiones he visto en terapia, adolescentes que tienen problemas con la mentira en un área concreta de su vida; normalmente la escolar, mintiendo sobre notas, deberes o trabajos a realizar; y como esa mentira en un solo área ha sido generalizada al resto de áreas por los padres, desconfiando éstos por completo de su hijo, y produciendo esta situación mucho conflicto dentro del núcleo familiar, cuando con anterioridad existía buena relación y buena comunicación entre sus miembros. Hay que diferenciar esto, exactamente las áreas a las que afecta la mentira para que no salpique innecesariamente al resto, y haya una pérdida de confianza total y absoluta hacia el adolescente en cuestión.
Toda la información que he leído al respecto coincide en afirmar que los adolescentes suelen utilizar las mentiras como defensa, y para nosotros tienen que ser un indicador de que algo les está ocurriendo, algo que ellos no saben resolver por sí mismos, con lo cual es fundamental averiguar cuál es el motivo de la mentira.
Los adolescentes pueden mentir por:
- Nivel de exigencia de los padres, y para no defraudarles y estar a la altura que se les exige, mienten.
- Por miedo, la mentira tiene una base de miedo. Cuando nuestros hijos tienen la certeza de que les vamos a regañar o van a ser castigados por algo que han hecho, van a utilizar la mentira para evitarlo. Es la causa más frecuente de mentiras.
- La mentira como llamada de atención, refuerzan falsamente la autoestima de quien las utiliza, que se dedica a contar de una manera muy entusiasta historias fantasiosas, sabiendo que van a ser del interés de quien las escucha. A veces dichas historias, por la dosis de fantasía que tienen suelen ser percibidas como mentiras desde el primer momento que se están escuchando con lo cual la persona es etiquetada por el resto como mentiroso, perdiendo por completo la confianza del grupo.
Otras veces son más elaboradas y en un principio van colando como verdad, aunque el final es el mismo, la pérdida de credibilidad de todo el que le rodea.
- Por imitación: si están recibiendo un modelo familiar en el que el uso de la mentira es frecuente, ellos acaban imitando esa conducta.
- Por inseguridad: cuando se inventan cosas para “aparentar más” frente a los demás.
- “Mentiras Piadosas”, cuando se miente por amabilidad.
- Creencia: Cuando el adolescente llega a creerse sus propias mentiras e intenta convencer a los demás de que son verdad, este tipo de mentiras pueden estar en la base de un Trastorno Psicopatológico más serio y es conveniente asesoramiento por parte de un profesional.
Algunos consejos para los padres frente a las mentiras de sus hijos:
- Las mentiras no son difíciles de detectar. En algún momento se evidencian. En el momento en que se descubre hay que hacer el esfuerzo por concentrarse no en el hecho de la mentira en sí misma sino en el motivo por el cual el chico/a hizo lo que hizo, y porqué mintió.
- Ayuda mucho ver en las mentiras “señales” de que otra cosa está ocurriendo. No hay que ignorar esas señales, y profundizar en qué otras cosas que pueden estar ocurriendo.
- Practicar la “escucha activa” con nuestros hijos. Sentarnos a dialogar con él, sin plantear conflicto ni confrontación, sin sermones, escuchando realmente lo que nuestros hijos están queriendo decirnos. A veces puede resultar muy complicado descifrar el mensaje que nos están queriendo transmitir, es bueno utilizar la empatía, y tratar de ponernos en su lugar lo máximo posible para ser capaces de llegarles a comprender.
- Valorar el castigo frente a la mentira: en algunos casos puede estar indicado, en otros si el objetivo es ganar su confianza, una amenaza de castigo o el retiro de algún privilegio es directamente proporcional a que tu hijo/a te mienta todo el tiempo.
- Si él sabe que sus padres son muy críticos y le van a juzgar muy duramente va a decirles lo menos posible.
- A veces los padres tenemos que revisar nuestros propios valores: la adolescencia es un período de experimentación y de probar cosas nuevas, cosas con las que a lo mejor los padres podemos no estar de acuerdo; los hijos nos conocen muy bien y saben que cosas aprobaríamos y cuáles no. A veces hay que pararse a revisar esos valores que transmitimos para establecer unos nuevos con los que la convivencia resulte más satisfactoria.