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El Proceso de Cambio en las Adicciones

Cuando alguien acude a consulta con un problema de adicción no siempre tiene claro lo que quiere conseguir. Unas veces sabe que la adicción le está generando problemas y decide solucionar su problema planteándose como objetivo la abstinencia, y, en otras ocasiones, viene a consulta presionado por el ambiente familiar o judicial, o bien, solo quiere minimizar las consecuencias que la adicción tiene y para ello como mucho solo se plantea la reducción del comportamiento adictivo.
Diferentes estudios han descrito el cambio como un proceso en el que se pueden perfilar y distinguir una serie de etapas. De los modelos que se han  desarrollado desde la perspectiva del cambio como proceso el que más apoyo ha tenido ha sido el modelo transteórico de Prochaska y DiClemente (1992). Este modelo describe y explica los diferentes estadios por los que pasa un adicto desde la dependencia a la abstinencia. Así mismo conceptualiza la motivación como el estadio actual en el que se encuentra un individuo o como una etapa de disponibilidad para alcanzar el cambio terapéutico.
Los estadios representan la dimensión temporal, es decir, cuándo cambia la gente.

Los individuos adictos pasan por estos estadios, independientemente de si acuden o no a terapia, y todos ellos parecen pasar por etapas comunes de cambio terapéutico y utilizar procesos de cambio similares.
PRE CONTEMPLACION, CONTEMPLACION, PREPARACION PARA EL CAMBIO O DETERMINACION, ACCIÓN O CAMBIO, MANTENIMIENTO, RECAÍDA ...
El modelo establece los siguientes estadios:

Estadio de precontemplación

El adicto que se encuentra en esta fase no se cuestiona su situación. Cree  que lo que hace no supone problema alguno y, por tanto, no es consciente de las consecuencias que tiene. En esta fase lo gratificante del consumo de drogas tiene para él más peso que los aspectos negativos. Dado que no consideran tener ningún problema, cuando acuden a tratamiento lo hacen presionados, de modo que si lo inician lo hacen con el único objetivo de reducir la presión bajo la que se encuentran. De manera que cuando disminuye la presión externa suelen reinstaurar su estilo de vida previo. Generalmente se muestran a la defensiva ante cualquier presión externa hacia el cambio.

Estadio de contemplación

En esta etapa el adicto empieza a tener conciencia de los problemas  derivados de su conducta adictiva. Comienzan a equilibrarse las consecuencias positivas y negativas derivadas del comportamiento adictivo.
Puede valorar la posibilidad de abandonar la conducta adictiva, aunque no ha elaborado un compromiso firme de cambio. El cambio se plantea a nivel intencional, pero no se observa ninguna conducta que manifieste de manera objetiva esa intención cognitiva. Se muestra más receptivo a la información en cuanto a su problema y las posibles soluciones, aunque vacila en cuanto al momento de iniciar el cambio, dudando aún sobre sus beneficios. El adicto puede permanecer en esta etapa años.

Estadio de preparación

Es el momento en que el adicto toma la decisión (intención) y realiza  pequeños cambios en su conducta adictiva (conducta manifiesta). Entre los cambios que realiza destaca, por ejemplo, el disminuir la cantidad que se consume. El progreso hacia la siguiente etapa requiere cambios respecto a cómo se siente y cómo valora el estilo de vida vinculado al comportamiento adictivo.

Estadio de acción

Se produce un cambio importante en su conducta problema. El adicto deja de emitir la conducta adictiva. Representa los cambios más manifiestos y requiere por parte de la persona un compromiso importante que le exigirá un gran esfuerzo y tiempo. El estadio de acción hace referencia a los 6 primeros meses de cambio.

Estadio de mantenimiento

En esta etapa la persona intenta consolidar los logros de la etapa anterior y  prevenir una recaída.

Finalización

Para este modelo consolidar esta etapa resulta difícil ya que se alcanzaría  cuando se cumplen dos criterios:

  1. No existe deseo de emitir la conducta adictiva en cualquier situación problema.
  2. La autoeficacia (entendida como la confianza y seguridad de no emitirla en cualquier situación) es del 100%.

El paso de unos estadios a otros

Una de las aportaciones más significativas del modelo guarda relación con el modo en que se conceptualiza el avance dentro del proceso de cambio. El avance a través de las distintas fases no se hace de forma lineal, sino que se suele pasar varias veces por la misma fase hasta que se consigue mantener  la abstinencia. Los estadios hacen un recorrido circular y reflejan que los adictos suelen recorrer estos estadios circulares varias veces antes de alcanzar un cambio terapéutico estable. En general, la mayoría de los pacientes recae alguna vez en algún momento de su proceso de recuperación, lo que nos indica que la recuperación terapéutica en las adicciones casi nunca sigue un proceso lineal sino que, más bien, es discontinuo, circular o espiral. Esto refleja que los pacientes recaen, en la mayoría de ocasiones, varias veces hasta que consiguen abandonar la conducta adictiva definitivamente.

Recaída

Se entiende la recaída como el regreso a un estadio motivacional inferior. De tal forma que si la persona se encuentra en el estadio de acción regresaría al de preparación o contemplación ; y si la persona estuviese en el estadio de mantenimiento podría regresar al de acción, preparación o contemplación. Son muy pocos los pacientes que  regresan al estadio de precontemplación.
La recaída ocurre cuando las estrategias que emplea la persona para mantener su abstinencia fallan. Generalmente, en esta fase presenta sentimientos de culpa, de fracaso  y posible desesperanza.
Se sabe que las recaídas son una parte del proceso de cambio antes de lograr el abandono definitivo del comportamiento adictivo. No siempre lleva a los pacientes a abandonar el tratamiento, sino que los sitúa en una fase que les permite continuar reciclándose y preparándose para continuar nuevamente el cambio iniciado.
Este modelo nos lleva a considerar si la intervención se adecua al momento temporal en que se encuentra el cliente con respecto al cambio. La mejor técnica, aplicada en un momento poco adecuado, no valdrá.
Si los adictos se diferencian entre sí en el nivel de predisposición motivacional que muestran al inicio de un tratamiento, es lógico que requieran de intervenciones  diferenciadas para poder ayudarles a progresar y a alcanzar el nivel motivacional óptimo. Mientras que en las primeras fases la intervención debe ir encaminada a establecer una adecuada relación terapéutica, proporcionar información sobre su problema e incrementar la motivación, en fases posteriores el objetivo se circunscribe más a estrategias concretas que puedan facilitarle al paciente el abandono definitivo de la conducta adictiva.

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