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3.1. Cuando tomar medicación: Nuestra filosofía con respecto a la medicación

En CINTECO, el abordaje terapéutico gira fundamentalmente entorno al trabajo en psicoterapia de los focos de conflicto o de sufrimiento. Por ello, en la mayoría de los casos, no se plantea ni resulta necesaria la prescripción de medicación. Sin embargo, existen otras situaciones en que el alivio que proporcionan los fármacos es indispensable para que el paciente se encuentre en condiciones de abordar sus problemas en terapia, y también casos en los que la naturaleza misma del problema precisa del tratamiento médico para un abordaje eficaz.

En nuestro equipo somos conscientes de los temores y de los reparos que la toma de una medicación “psiquiátrica” causa a nuestros pacientes, por eso dirigimos buena parte de nuestros esfuerzos a que el paciente al que se indica una medicación tenga oportunidad de informarse adecuadamente, exponer y discutir sus dudas y tomar una decisión compartida con su médico, quien expondrá las diferentes alternativas terapéuticas y sus ventajas e inconvenientes. Así mismo, el especialista hará un seguimiento especial durante el periodo inicial del tratamiento con una mayor accesibilidad que facilite la solución de cualquier situación con respecto a la que surjan dudas.

Dentro de nuestra filosofía general, está escoger los fármacos que más se adapten a la situación individual del paciente y darle importancia a aquello que el paciente considere importante en lo que respecta a efectos secundarios (evitar la ganancia de peso cuando afecta negativamente a la persona, buscar medicaciones que no interfieran con sus tratamientos habituales…). Entre nuestras prioridades se encuentran:

La evaluación médica a cargo del psiquiatra permitirá también descartar posibles problemas orgánicos que pudiesen causar las molestias. Así, con alguna frecuencia, se realizarán analíticas de sangre u orina para valorar una posible anemia como causa del cansancio, un problema tiroideo que subyace a un cuadro de ansiedad o un déficit vitamínico que agrava un problema de memoria.

Sin embargo, nuestro punto fuerte es sin duda la mentalidad de equipo, así, el personal médico está en continuo contacto con el psicoterapeuta que lleva el caso, lo que permite una estrecha coordinación de ambos abordajes.

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3.2. Cuando tomar medicación: Temores comunes: Algunos mitos y falsas creencias con respecto a los psicofármacos

Así como en nuestra cultura cada vez más tenemos conocimientos básicos con respecto al uso de diversos medicamentos habituales (antibióticos, analgésicos, antihipertensivos…), los fármacos antidepresivos o los antipsicóticos son medicaciones que a pesar de utilizarse mucho en la población general, continúan siendo objeto de todo tipo de mitos y tabúes. Probablemente porque todavía nos cuesta atribuir los sufrimientos “del alma” al sistema nervioso, un “órgano” tan susceptible de sufrir alteraciones como cualquier otro.

Así, algunos de los temores que normalmente nos asaltan cuando un especialista nos prescribe una medicación de este tipo son:

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3.3. Cuando tomar medicación: Tipos de psicofármacos: Descripción general

Los psicofármacos se emplean en el tratamiento de las enfermedades mentales. Las causas de las enfermedades mentales todavía se desconocen, pero en algunos casos se ha podido comprobar la existencia de alteraciones metabólicas cerebrales; las mejor conocidas son las relacionadas con los neurotransmisores cerebrales.

Los neurotransmisores son sustancias que se liberan en la sinapsis neuronal y que al actuar sobre receptores específicos intervienen en la transmisión de los impulsos nerviosos. Los más importantes son la acetilcolina, la noradrenalina, la dopamina, la 5-hidroxitriptamina (serotonina) y el ácido gamma-aminobutírico (GABA).

En los estados de hiperactividad y agitación existen habitualmente elevadas concentraciones de neurotransmisores en la sinapsis, mientras que en los estados depresivos su concentración suele estar disminuida.

La mayoría de los psicofármacos actúan modificando los efectos de los neurotransmisores cerebrales. Algunos reducen la concentración de neurotransmisores en la sinapsis o impiden su efecto bloqueando los receptores sobre los que actúan, esto produce habitualmente una mejoría de los estados psicóticos, especialmente si se acompañan de agitación. Otros psicofármacos aumentan la concentración sináptica de neurotransmisores por diversos mecanismos, y esto se acompaña habitualmente de una mejoría de los estados de depresión. Sin embargo, muchos aspectos de las enfermedades mentales no se pueden explicar únicamente por las alteraciones de los neurotransmisores, por lo que algunos psicofármacos parecen tener otros mecanismos de acción.

Algunos psicofármacos actúan en la corteza cerebral, pero en su mayoría lo hacen sobre estructuras encefálicas más profundas, como el sistema reticular ascendente del tronco encefálico o el sistema límbico, en el que asientan funciones cerebrales complejas, como las emociones, los recuerdos y la afectividad.

La psicofarmacología ha modificado sustancialmente el pronóstico de las enfermedades mentales. En la actualidad, casi todos los enfermos psiquiátricos mejoran con el tratamiento farmacológico y la mayoría pueden tratarse de forma ambulatoria.

Con frecuencia los psicofármacos sólo consiguen controlar los grandes síntomas o síndromes de los trastornos mentales, como la agitación, la ansiedad o la depresión, pero en algunos casos, parecen conseguir la curación de la enfermedad.

Los psicofármacos suelen clasificarse en tres grandes grupos:

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3.4. Cuando tomar medicación: Preguntas y dudas frecuentes

En relación con los distintos tipos de PSICOFÁRMACOS:

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