Algunas enfermedades mentales, como las demencias, son especialmente comunes en los adultos mayores, mientras que otras tienen distintas características clínicas y/o presentan problemas específicos en su manejo. Las dificultades sociales, la multiplicidad de problemas físicos y las deficiencias sensoriales son también comunes. Su detección y manejo apropiados requieren los conocimientos y habilidades de un especialista así como una colaboración multidisciplinar.
En este contexto, debe darse prioridad a aquellas enfermedades mentales que pueden causar una gran carga de sufrimiento, no sólo a los propios enfermos sino también a sus familias.
Una intervención apropiada ante las principales enfermedades mentales que aquejan a los adultos mayores posibilitará, a menudo, tratarlas eficazmente o, al menos, mejorar sensiblemente su calidad de vida y la de sus familias.
Prevención y tratamiento de los principales Trastornos Mentales:
- Diagnóstico y orientación en Demencias (tipo Alzheimer, Parkinson, Vasculares, Mixtas, etc.):
- Proceso de detección precoz, a través del estudio de los posibles indicadores de demencia.
- Diagnóstico base y diferencial de los principales tipos de demencia, coordinando la intervención multidisciplinar.
- Elaboración de planes integrales de intervención, dirigidos al tratamiento temprano y específico más eficaz.
- Seguimiento evolutivo y adaptación del tratamiento e intervención asistencial según las fases de la demencia.
- Inclusión en los programas de Psicoestimulación y Mantenimiento Psicoafectivo del Enfermo y su Grupo Familiar / Cuidador.
- Impartición de Talleres para Familiares / Cuidadores.
- Diagnóstico y tratamiento de la Depresión:
- La depresión es una enfermedad tratable. Aproximadamente el 80% de todas las depresiones, mayores o bipolares, responden adecuadamente al tratamiento.
- Sin embargo, se estima que sólo una de cada tres personas, con depresión severa, busca algún tipo de tratamiento o ayuda.
- La intervención multidisciplinar se dirige hacia:
- Forma de presentación y sintomatología específica.
- Evaluación y diagnóstico.
- Complicaciones con otros cuadros clínicos.
- Diferenciación en los procesos de Duelo normal – patológico.
- Nivel de atribución para las diferentes causas.
- Evolución.
- Elección de las técnicas de intervención adaptadas al paciente.
- Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos de Ansiedad y Personalidad:
- Diagnóstico etiológico y diferencial.
- Valoración de posible coexistencia con otros trastornos.
- Diseño específico del programa terapéutico.
- Orientación familiar sobre los comportamientos más adecuados con el paciente.
- Trastornos del sueño:
- Reducción del tiempo total del sueño.
- Menor eficiencia del mismo.
- Incremento de despertares nocturnos.
- Aumento de somnolencia diurna.
- Evaluación del daño psicológico post-ictus (ACV) a nivel:
- Cognitivo.
- Afectivo.
- Pérdidas funcionales por secuelas en la psicomotricidad.
- Efectos de la Inmovilidad.
- Relaciones Sociales.
- Capacidad de automotivación para el mantenimiento terapéutico.
- Prevención de nuevos episodios.
- Evaluación diferencial del deterioro cognitivo leve:
- Disminución de la memoria para hechos o acontecimientos recientes.
- Disminución de la memoria generalizada.
- Lentitud en los procesos de razonamiento, planificación, organización, etc.
- Valoración de los posibles efectos psicológicos secundarios debidos a:
- Pluripatología médica.
- Polimedicación.
- Pérdidas sensoriales.
- Temores derivados de caídas múltiples.
- Impartición de Talleres Específicos para Familiares – Cuidadores según Trastornos:
- Programas de habilidades del cuidador en el tratamiento de Enfermos.
- Entrenamiento en Técnicas de Relajación para Familiares / Cuidadores de enfermos.
- Comportamiento ante los trastornos conductuales del enfermo: alteraciones del sueño, problemas de la alimentación, toma de medicamentos, negativismo, ansiedad…
- Orientación e información sobre: Centros asistenciales, ayudas, subvenciones, tramitación administrativa, aspectos legales…