Cuando pienso en escribir mis artículos en la web, me gusta inspirarme en temas que observo con mis pacientes en terapia.
La adolescencia es una etapa con grandes cambios no sólo físicos, sino también psicológicos, en los que los jóvenes inician su “búsqueda de identidad”, y lo hacen a través de su grupo de iguales, es la etapa de la vida en el que las relaciones con sus iguales son muy importantes para ellos, y es en esta etapa donde empiezan a tener sus primeras relaciones de pareja y muchos de ellos sus primeras relaciones sexuales.
El uso de la tecnología, la utilización de redes sociales como medio de comunicación etc., son propios del contexto social donde la adolescencia se está desarrollando en la actualidad. A través de ellos, el acceso a todo tipo de contenidos y de información es ilimitado e incontrolable.
Según un informe realizado por “Save the children” 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía desde los 12 años de edad, esto está provocando una serie de efectos que están afectando al desarrollo psicosexual de las personas, ya que cuando están empezando a desarrollar su sexualidad se están exponiendo a contenidos poco fiables y a una construcción de conocimientos sexuales basado en mitos y falsas creencias.
¿En que se traduce todo esto?, en que en terapia me encuentro con estas situaciones:
- Relaciones sexuales a edad muy temprana.
- Problemas de imagen corporal, no sentirse seguros con respecto al cuerpo que tienen y con respecto al tamaño de sus órganos sexuales.
- Aspectos que se distorsionan, como la importancia del consentimiento por ambas partes a la hora de tener una relación sexual, y los roles en la pareja en los que el papel de la mujer es de sumisión y de complacer en todos los deseos al hombre dando por sentado que de esta forma ella va a encontrar su propio deseo y placer sexual.
- El aumento de la violencia sexual, porque en las imágenes que están acostumbrados a ver resulta placentera la violencia.
- Mucha ansiedad en la ejecución del acto sexual. Frente a la presión social que este tipo de contexto como es la pornografía impone, su efecto se traduce en relaciones sexuales insatisfactorias.
COMO ACTUAR LOS PADRES frente a la influencia del porno en la educación sexual de sus hijos
Asumamos que nuestros hijos van a estar expuestos a contenido pornográfico en algún momento, al principio lo harán por curiosidad, después la búsqueda será más deliberada y después pasará a haber un uso e incluso un abuso del mismo.
- Siempre se ha hecho hincapié en la importancia de la comunicación con tu hijo cuando se llega a la etapa adolescente, con respecto a este tema es absolutamente una necesidad que esta comunicación exista. Realizar las cenas en familia suele ser un espacio donde ésta se puede dar de una manera fluida. Intentar cuando os cuenten algo, escuchar, solo escucharlos, no juzgar, ni criticar, ni cuestionar las cosas que os transmitan, los adultos tenemos mucha tendencia a (sin otra intención que proteger) corregir o soltar discursos sobre lo que nos están diciendo, si queremos saber cómo se sienten, que tal les va, es importante la ESCUCHA.
- Estaría bien empezar a hablar de que se van a ver expuestos a contenidos pornográficos, la primera vez que tengan móvil propio, también es bueno establecer controles parentales a este respecto.
- Incentivar en ellos el sentido crítico con respecto a este tipo de contenidos, para que no se inspiren en ellos a la hora de vivir sus propias experiencias sexuales, explicándoles por qué nada tienen que ver con la realidad.
- Transmitirles que no tengan prisa a la hora de tener sus primeras relaciones sexuales, que esperen a tener los sentimientos adecuados hacia la otra persona, además del espacio íntimo adecuado y los recursos necesarios para no tener un embarazo no deseado o contraer algún tipo de enfermedad de transmisión sexual.
- Las relaciones sexuales que establezcan deben estar basadas en el AMOR, en el RESPETO y la CONFIANZA hacia el otro, en el acuerdo mutuo, el afecto, la libertad y en el deseo de corresponder y ser correspondido en el placer del otro/a.
