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FAMILIAS RECONSTITUIDAS: SUS DISTINTAS PRBLEMÁTICAS

Familia Reconstituida distintas problemáticas

La satisfacción emocional que se consigue al mantener una segunda relación de pareja estable, normalmente después de una perdida, es muy grande. En la mayoría de los casos, al tratarse de personas adultas y con una trayectoria afectiva marcada, el ajuste emocional suele ser difícil siendo la propia pareja la que define sus propias pautas de relación.
Un grupo grande de estas nuevas parejas deciden convivir como la mejor manera de consolidar su vinculación. En el caso de que uno de los dos aportes hijos a esta nueva relación estamos frente al nuevo modelo de familia: la familia reconstituida.
Cada vez estamos atendiendo a una mayor demanda de los problemas afectivos y de convivencia que la nueva forma de convivencia esta planteando. Los mas significativos son los que pasamos enumerar. Evidentemente no son todos, pero si que constituyen las áreas más frecuentes de dificultades en estas nuevas familias reconstituidas.
La primera que tenemos que considerar es la que se refiere a la consolidación del vínculo de la propia relación. ¿Hasta qué punto nuestra pareja es la pareja que cada uno quiere como proyecto afectivo prioritario para el futuro o se trata de vivir el presente y compartir aquellos aspectos en los que los dos sienten afinidad? ¿Somos pareja, novios, amantes, amigos especiales… ¿queremos los dos el mismo tipo de relación? Todas estas son las incógnitas que tienen que ir despejando según la relación va afianzándose.
Hoy día el termino pareja incluye diferentes modelos de afecto y por lo tanto de vinculación, pero no todas las personas lo entienden y viven de la misma manera, lo que puede llevar a una serie de desencuentros muy profundos.
Cuando los dos se sienten vinculados emocionalmente en ese proyecto de futuro el hecho de compartir a los amigos, a las familias respectivas y a los hijos va constituyéndose en una realidad apetecible. Si uno de los dos tiene hijos el poderlos integrar en la relación se convierte en una realidad ineludible, lo que lleva a pensar en formar una familia reconstituida y en ese contexto aparece la segunda fuente de conflictos:
La organización de roles en la familia reconstituida.  El ser la pareja del padre/madre implica el tener que aceptar el rol madrasta/ padrastro en algún momento, sobre todo si se plantean la convivencia. Las expectativas, las creencias, los miedos, etc. juegan un papel determinante en estos nuevos roles.
Además, es muy probable que ninguno de los dos miembros de la nueva pareja haya tenido alguna experiencia al respecto, pero uno o los dos si que han tenido la experiencia de haber formado una familia con anterioridad. Este hecho es el que les tiende a llevar a intentar reproducir el modelo anterior con la ilusión de que esta vez sí que funcione.
Además, tenemos que contar con que para los hijos también supone un aprendizaje el tener que aceptar esa convivencia cuando vienen de una convivencia más básica, más natural para ellos ya que la han vivido desde que nacieron y ahora se tienen que posicionar en ese nuevo contexto emocional que pueden vivirlo como impuesto.
La Regulación de la convivencia es el tercer foco de problemas en las familias reconstituidas. Que normas se van a establecer, como se establecen las normas, quien se responsabiliza de las normas y cuales van a ser los márgenes que se van a permitir en la nueva convivencia familiar.
Este resulta ser una de las fuentes de mayores problemas ya que es en este apartado en el que se mezclan todas las emociones más profundas de cada uno, el manejo de las propias emociones, de los afectos naturales e impuestos, la frustración, pueden aparecer de manera automática y con mucha fuerza.
No podemos olvidar que además de las normas en la regulación de la convivencia en estas familias reconstituidas hay que determinar el manejo de los espacios, de la economía, de las relaciones entre los hijos y de los hijos con las familias respectivas. Todo ello requiere un gran esfuerzo de la pareja por mantenerse en una misma línea de actuación y sin fisuras para hacer frente a la multitud de situaciones nuevas y probablemente algo tensas que se les van a presentar.
En este contexto se hace necesario establecer un marco en el que poder comunicarse, poder entender las diferentes situaciones que se les plantean sin rabia o frustración y poder entenderse mutuamente para así mantener la calma y la buena relación que crearon. Es en este apartado en el que mas problemas se van a ir planteando y el que requiere un mayor esfuerzo a todos los miembros de la nueva familia reconstituida.
El último factor que puede ser problemático es el que se refiera a las relaciones con el/los ex. El tipo de ruptura que se haya producido, el sufrimiento que ha seguido a lo largo del proceso de la perdida y ruptura de la relación anterior determina en gran medida los parámetros en la relación que como padres van a tener que seguir manteniendo.
Además, hay que tener en cuenta los propios sentimientos de culpa, responsabilidad por la decisión tomada y la repercusión que dicha decisión puede tener en la persona que ha sido la pareja y con la que se formó la familia y en los propios hijos que sin haber sido causa alguna en lo ocurrido, van a tener que sufrir la ruptura de lo que, hasta ese momento, constituía su mundo familiar.
Muchos padres y madres no son conscientes de que esas emociones están en la base de muchas de sus actuaciones y constituyen una fuente de estrés constante al que se sienten atados y que altera muchas actitudes y comportamientos que en la actualidad hacen más difícil el buen funcionamiento de la nueva familia, la familia reconstituida que han formado.

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