El término bullying o acoso escolar, hace referencia a cualquier actitud agresiva que se realice de una forma intencionada y repetida por uno o varios estudiantes hacia otro. Actualmente, hay estudios que dicen que casi el 50% de los menores en edad escolar han sufrido alguna situación de violencia en España y cada vez hay más consciencia del alto riesgo que tienen los menores de poder vivir situaciones así.
Normalmente los menores viven esta situación en silencio, ya que les da vergüenza contar lo que está sucediendo, tienen miedo, piensan que contarlo es chivarse, o simplemente han normalizado la situación en el colegio y no se plantean contarlo. Por ello, es importante que en el contexto familiar se sepa identificar las diferentes manifestaciones que puede mostrar un niño o adolescente que está sufriendo bullying.
¿Qué podemos observar en nuestros hijos para detectar que puedan estar sufriendo bullying?
- Empieza a faltar o querer faltar al colegio. Alegando que está enfermo (ya sea de forma fingida o despuntándose un malestar físico real de forma reiterada), que no le gusta estudiar, o simplemente empieza a faltar sin justificación aparente.
- Estado de ánimo más variable de lo normal: Es frecuente que cuando un menor sufre bullying en vez de observarse en casa síntomas de tristeza lo que se observe sea un nivel alto de frustración e irritabilidad. Esto puede llevar a incrementar situaciones de conflictos con padres o hermanos. Al igual, es frecuente que se empiece a observar que el menor tiende a encerrarse en su cuarto y disminuya de forma significativa el nivel de comunicación.
- Es muy común observar altos niveles de ansiedad, notarle más nervioso, intranquilo e incluso pueden aparecer ataques de pánico. Esta ansiedad se puede manifestar, como referíamos antes, a nivel somático (síntomas físicos), pero también se puede manifestar a través de pesadillas, perdida del apetito, e incluso pueden empezar a presentar enuresis secundaria (volver a hacerse pis en la cama, cuando era algo ya controlado).
- Pueden aparecer conductas más infantiles, cómo si hubiera un retroceso a nivel de madurez.
- Bajada del rendimiento académico. Esto es frecuente ya que la situación de estrés que vive le impide concentrarse en sus obligaciones académicas.
- Evitación de las relaciones sociales con iguales. Que conlleva un aislamiento social
- Otro aspecto que se suele observar frecuentemente es que quieren dejar de hablar en casa sobre cosas del colegio, parece que les molesta o se irrita cada vez que sale el tema.
- Pueden empezar a pedir dinero sin motivo aparente, o a hacer los deberes de otros y puede empezar a faltarle material escolar (lápices, bolígrafos, carpetas, etc.)
- En casos más graves, se observan señales de agresiones físicas repetidamente y cuando se le pregunta sobre qué le ha pasado responde con evasivas, evitando el tema o mintiendo.
En caso de que observemos varios de estos signos y síntomas, ¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestro hijo que sufre bullying?
- Lo principal es establecer un canal de comunicación. Para ello lo importante es que el menor sepa que puede contar lo que está ocurriendo en casa, con la confianza de que va a ser escuchado, atendido a nivel emocional y que se va a intentar buscar una solución. Para ello es importante escucharle, intentar mantener la calma cuando te cuente algo, mostrarnos empáticos con él, reforzar el hecho de que cuente lo que le pasa y evitar culparle. Es importante hablar con él de las posibles soluciones o vías de actuación que se van a poner en marcha y no recomendar o instruirle en que se defienda y devuelva el daño que le están haciendo.
- Es muy importante informar al centro educativo de lo que está ocurriendo para que se active el protocolo de actuación en este tipo de casos. Para ello, se recomienda hablar con el equipo directivo del colegio y tutor/a del menor. Es importante que como padres os enteréis de las medidas que se van a poner, que dichas medidas se ajusten a la situación específica de acoso que sufre el menor, y que se observe el cumplimiento y mantenimiento de las mismas.
- Si ha sucedido una agresión física es importante ir en primer lugar a un hospital para que le atiendan, y pedir un parte de lesiones con el que se realizará una denuncia en la guardia civil o policía. Además, si el acoso es a través de las nuevas tecnologías, hay que notificarlo a la unidad de delitos tecnológicos de la policía.
- Y, por último, es importante buscar ayuda psicológica tanto para poder trabajar con el niño o adolescente y paliar la sintomatología relacionada con la situación de acoso, como para trabajar con el contexto familiar la mejor forma de proceder y guiar los diferentes pasos de actuación tanto con el centro escolar como en la recuperación emocional del menor.