En nuestra práctica clínica constatamos un importante aumento de demanda de ayuda psicológica para resolver los conflictos que pueden presentarse en las relaciones de pareja, conflictos que pueden llevar tiempo instaurados en la relación y que van generando un alto nivel de insatisfacción, malestar, frustración, enfado, llegando a afectar psicológicamente, presentando en muchos casos cuadros de ansiedad, estrés, depresión…que interfieren de manera significativa en la vida cotidiana de las personas. Por destacar un dato, en 2008, del total de casos atendidos en CINTECO, alrededor de un 18% solicitaron consulta por diferentes temas relacionados con conflictos en su relación de pareja.
El hecho de que vaya en aumento el porcentaje de personas que solicitan asesoramiento psicológico por estos problemas se puede deber a los siguientes factores:
- Se dispone de más información sobre la existencia de Terapia Psicológica que puede ser de ayuda en las situaciones de crisis en la pareja.
- Las personas que han realizado procesos de terapia para abordar estos problemas dan información a personas de su entorno sobre su experiencia, aconsejando en muchos casos que busquen ayuda.
- El deseo o la «necesidad» de intentar conseguir una estabilidad afectiva y satisfacción en la relación de pareja por la importancia que esto tiene tanto en el ámbito personal-familiar como en el ámbito social-laboral.
- La incapacidad de la pareja para resolver los conflictos que se van presentando e ir comprobando que el paso del tiempo empeora la situación, aumentando el nivel de desgaste y malestar.
- Intentar evitar el llegar a la separación o divorcio por todas las consecuencias negativas que esto puede tener.
Además de estos factores, hay un dato que está apareciendo en los medios de comunicación en los últimos meses, y es el descenso del número de divorcios (número que iba en aumento en los últimos años), como consecuencia de la crisis económica que dificulta o impide en muchos casos afrontar todos los gastos que supone un proceso de separación y sobre todo la adaptación a la situación posterior. Este dato puede indicar que muchas parejas con un importante deterioro en su relación están manteniendo una convivencia muy insatisfactoria y que por diferentes razones, fundamentalmente económicas no pueden separarse y si lo hacen, los costes tanto económicos como emocionales que siempre tiene un proceso de separación, se ven aumentados, repercutiendo en la calidad de vida de esas personas.
La terapia de pareja no es la panacea para resolver todos los conflictos que pueden presentarse en las relaciones, además, el hecho de iniciar un proceso de terapia no implica necesariamente la continuidad de la relación, pero es un recurso que se puede utilizar para ayudar a la pareja a identificar e intentar resolver los conflictos, salir de la crisis en la que se encuentran cuando acuden a consulta, valorar el nivel de motivación para seguir en la relación, por destacar algunos de los objetivos que se pueden trabajar en los procesos de terapia de pareja. Es por tanto un recurso que está siendo de utilidad para muchas personas que en la actualidad tienen problemas en sus relaciones.
Aunque el dato del que disponemos en CINTECO es el importante aumento de demanda de ayuda psicológica para intentar resolver los conflictos de pareja, esto no significa que el proceso de toma de decisión sea fácil ni rápido, de hecho muchas personas que acuden a terapia comentan que aunque desde hace tiempo tienen la idea de venir, van retrasando esa decisión. En algunos casos por esperar e intentar resolver ellos mismos el conflicto, con la expectativa de que «el paso del tiempo puede cambiar las cosas…» expectativa que no se cumple provocando un mayor nivel de insatisfacción, frustración y enfado por la no resolución de los conflictos. En otros, por no saber dónde acudir, en estos casos puede ser de ayuda obtener información a través de los Colegios Oficiales de Psicólogos, que pueden orientar sobre los profesionales o los centros de psicología que trabajan en estos problemas.
En la página web de muchos centros se puede obtener más información sobre la terapia que se puede seguir, la realidad es que disponer de cierta información puede aclarar algunas dudas y reducir cierto escepticismo que en ocasiones existe sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos.
Otro factor que se presenta con frecuencia y que retrasa la decisión de ir a terapia es la baja motivación de uno de los miembros de la pareja para acudir, en estos casos «forzar» es un error, ya que el que exista un cierto nivel de motivación es una de las variables necesarias para iniciar la terapia, pero sin forzar, se le puede plantear tener una sesión para hablar con el terapeuta y de esta forma tener más información y poder tomar una decisión, ya que en muchos casos la baja motivación tiene que ver con el escepticismo ante la eficacia de la terapia por la falta de información o por otros factores que se pueden analizar en esa primera consulta.
Hay que tener en cuenta que aunque el proceso de terapia puede ayudar a muchas parejas a resolver los conflictos, la terapia no es la única manera de afrontarlos, es un recurso que puede ser de mucha utilidad para buscar una solución y sobre todo puede ayudar a acortar el desgaste y deterioro que presenta la pareja y poder llegar a conseguir una estabilidad y satisfacción en su relación que puede hacer mejorar la calidad de vida de cada uno.
El proceso de terapia tiene distintas fases:
- Evaluación del caso.
- Explicación por parte del terapeuta de los datos de la evaluación realizada.
- Definir objetivos terapéuticos.
- Intervención.
- Valoración de los cambios.
- Seguimiento.
En las primeras entrevistas el terapeuta recoge información sobre el motivo de consulta, las parcelas que están afectadas en la relación, las consecuencias negativas que tienen en la actualidad, cómo ha sido el proceso de tomar la decisión de acudir y algunos datos sobre la historia de la relación, se evalúa también el nivel de motivación que presentan ambos y los objetivos que les gustaría conseguir. Habitualmente, la primera entrevista es con los dos. En el proceso de evaluación el terapeuta tiene algunas sesiones por separado con cada uno para una más amplia recogida de información.
El objetivo general de la evaluación es recoger información relevante sobre la pareja utilizando para ello, además de las entrevistas, los cuestionarios, que dan información sobre diferentes áreas de la relación (comunicación, manejo de los conflictos, actividades positivas que tienen, afectividad, sexualidad…). De ésta forma se van identificando las áreas problemáticas, las posibles causas, así como las variables de personalidad de cada uno de los miembros de la pareja.
Con la información recogida, el terapeuta explica a la pareja «qué» está pasando y el «por qué», estableciendo unos objetivos específicos de terapia.
A lo largo del proceso se van utilizando una serie de técnicas para la consecución de esos objetivos, cada miembro de la pareja va valorando el nivel de satisfacción por los cambios que se van dando así como la motivación por seguir en la relación.
La duración de la terapia varía en cada caso pero la media estaría en 6-8 meses aproximadamente, una vez que la pareja recibe el alta solemos tener algunas sesiones de seguimiento (al mes, pasados 4 meses, y a los 6 meses), para comprobar el mantenimiento de los logros conseguidos y revisar si fuese el caso dificultades que puedan surgir.
El proceso de terapia es complejo, ya que además de las parcelas que están afectadas, hay que tener en cuenta las variables personales de cada uno, nos referimos a la manera que tiene cada miembro de la pareja de analizar, afrontar y sentir los diferentes problemas que presentan; el nivel de motivación para resolver y seguir en la relación, los sentimientos que existen hacia el otro. Variables todas ellas que influyen de manera significativa, facilitando o interfiriendo en el proceso.
El motivo fundamental que lleva a las parejas a solicitar ayuda de un profesional es el alto nivel de insatisfacción que les generan los diferentes conflictos que presenta su relación, entre otros, problemas en el manejo de la vida cotidiana, dificultades en la comunicación, incapacidad para tomar decisiones, infidelidad, problemas en la relación sexual….
Actualmente la psicología atiende la demanda de los problemas de la pareja con unos resultados altamente satisfactorios.