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Para padres con hijos adolescentes

En el tiempo que llevo como terapeuta de adolescentes he visto en muchas ocasiones una desconexión entre los padres y los hijos de esta edad, es como si estuvieran en emisoras diferentes, con lo cual se dificulta mucho la comunicación y la comprensión entre ambos; por eso este artículo está dedicado a los padres con hijos adolescentes, para hablarles de diferentes aspectos que les van ayudar a ponerse en la misma emisora que sus hijos, a empatizar con ellos y a mejorar su relación.
Como introducción decir que en la Adolescencia, además de los cambios a nivel físico, se van a dar otro tipo de cambios: a NIVEL SOCIAL: va a producirse un «distanciamiento de los padres», siendo éste, tanto físico como psicológico; como contrapartida hay un «acercamiento a su grupo de iguales». En el aspecto social, esta es la edad en la que el individuo vive unido al grupo en mayor grado que en ningún otro momento de su vida.
La identificación con el grupo, es una pieza clave de otro de los cambios a NIVEL PERSONALIDAD que se da en este período: «la búsqueda de la identidad», la relación con el grupo les lleva a descubrirse a sí mismos como separados e independientes de los padres, surgiendo de esta manera un tercer concepto de desarrollo social: «la autonomía».
Y una vez hecha esta introducción os propongo:

  • Que no personalicéis, y que tratéis de «no entrar al trapo», cuando se opongan o cuestionen cosas que les decís: una clave propia de la ubicación que tienen en el mundo es «negarse a las cosas que hasta entonces hacían sin ningún problema, y cuestionar lo que dice el adulto, esto no es «mal carácter», tiene que ver con esa búsqueda de identidad de la que hemos hablado.
  • Huid de los extremos: no seáis ni demasiado controladores, ni demasiado permisivos. El control fomenta la dependencia, y esa dependencia no está mal cuando es hacia los padres, pero estáis fomentando esa manera de funcionar en vuestros hijos no solo con vosotros si no con cualquiera (amigos, pareja, compañeros de trabajo, etc…), de tal modo que os alejáis de vuestro objetivo como padres: potenciar la autonomía y la independencia de vuestros hijos.

El no poner límites tiene también consecuencias, el que aprendan que todo vale, y que pueden hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran, a largo plazo desemboca en una baja tolerancia a la frustración y a que cuando algo no les sale como ellos quieren no son capaces de afrontarlo.

  • No amenacéis con castigos que  no vais a ser capaces de cumplir. Y tener en cuenta que en estas edades el castigo no suele funcionar, es mejor tratar de negociar y llegar juntos a acuerdos.
  • No reforcéis solamente los logros académicos; el sacar buenas notas está bien, pero no sólo esto es importante. Esforzaos en ver cosas que os gustan en vuestros hijos y hacédselo saber. Otra de las cosas que les está ocurriendo en esta etapa es que no están muy boyantes de autoestima, así que es bueno que vosotros la incentivéis.
  • Aunque vuestra intención como padres sea buena, hay que controlar el impulso de ir por delante de la carretera alisando los baches para que  no tengan ningún percance; es bueno que tengan problemas,  que se equivoquen y que aprendan a afrontarlo. Si en la infancia el aprendizaje se realiza por «modelos» que se imitan, ahora es por «ensayo-error» y si no se equivocan no aprenden.
  • Respetar la intimidad de su habitación. Ya sé que a veces son muy herméticos, no cuentan nada y lo que buscáis es información que os tranquilice sobre que vuestros hijos no andan metidos en nada raro. Pero no hay que buscar, hay que encontrar y llegado el caso actuar en consecuencia.

Para fomentar el que sean ellos los que os den información, tenéis que practicar la «escucha activa», que consiste en no interrogarlos, y escuchar lo que os cuenten sin criticar y juzgar; si lo hacéis  ellos por sí solos cada vez os contarán más cosas y no os mentirán. La información que obtengáis de todo lo referente a ellos es valiosísima para intervenir tempranamente en caso de problemas.

  • Es posible que algunos de sus amigos no os gusten, y  muy probablemente tengáis razones fundadas para ello, pero no es muy conveniente criticarlos delante de ellos y mucho menos prohibirles salir con ellos; esto suele producir el efecto contrario, acercándoles y uniéndose más a ellos, fomentando las mentiras.

Hay una cosa que les afecta sobremanera, y es que cuando llevan amigos a casa, los padres les interroguen, preguntándoles cosas como donde viven, en que trabajan sus padres, etc…Hay controlar esos impulsos porque interesa que conozcáis a cuantos más amigos suyos mejor, porque os van a dar muchos datos del grupo de referencia de vuestros hijos y ya sabéis que son una influencia potentísima para ellos.

  • Por último, no os sintáis culpables cuando hagáis cosas mal y os equivoquéis con vuestros hijos, permitiros el hecho de cometer errores; los hijos no vienen con un libro de instrucciones debajo del brazo y educarlos no es tarea fácil.

Una de las satisfacciones que tiene el trabajar con ellos para mí, es el poder seguirles e ir viendo en lo que se van convirtiendo con mi ayuda; os invito a que vosotros lo veáis de ese modo, porque vuestros hijos no van a ser perfectos, y van a tener cosas que no os gusten pero también van a tener muchas de las que os sintáis orgullosos y tenéis que pensar que habéis jugado un papel fundamental en ellas.

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