EL MIEDO A LA ENFERMEDAD O HIPOCONDRÍA
El cuidado de nuestro cuerpo y el desarrollo de hábitos saludables es adecuado para mantener una buena salud. Entre estos hábitos, la observación de determinadas señales en nuestro cuerpo sirve para prevenir diferentes enfermedades.
Lo que parece saludable para la mayoría de las personas acaba convirtiéndose en una práctica nada saludable cuando convertimos la preocupación por la enfermedad en un aspecto central de nuestras vidas. Podemos acabar desarrollando un trastorno hipocondríaco o un trastorno de ansiedad por enfermedad, en el que aparece una preocupación excesiva a que se pueda desarrollar la enfermedad.
Si ante una determinada sensación o signo que aparezca en nuestro cuerpo pensamos que lo que nos está ocurriendo es algo grave se disparará la ansiedad o el miedo.
El miedo hace que centremos la atención en nuestro cuerpo y en la enfermedad, buscando indicios de lo que tememos, para prepararnos a solucionarlo. Es necesario que actúe rápido para evitar el desenlace fatal y terrible que me espera si no hago algo: empiezo a chequearme con frecuencia para saber si la sensación está o no presente; busco información sobre la enfermedad que temo o sobre los síntomas que noto; acudo al médico para ver que tengo; hablo con otros sobre mis síntomas.
Cuando acudimos al médico y éste nos dice que no encuentra nada, si seguimos intentando estar completamente seguros, pronto volverán nuestras dudas, porque la sensación sigue ahí.
De esta manera y, con todo el sufrimiento que conlleva, nos habremos convertido en aprensivos o hipocondríacos.
La hipocondría es un trastorno en el que la persona interpreta, de manera catastrófica, síntomas somáticos como enfermedad.
La característica fundamental es la preocupación y el miedo a tener una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en nuestro cuerpo, llegando incluso a la convicción de padecer esa enfermedad.
El eje central no es la enfermedad sino el miedo a desarrollar la enfermedad
El hipocondríaco se siente muy incomprendido, nadie es capaz de detectar su enfermedad. Se le dice que no tiene nada y que «todo es psicológico», elevando el grado de sufrimiento y agudizando el problema. El dolor, la angustia y las enfermedades psicosomáticas son completamente reales, aunque los procesos que las desencadenan sean psicológicos y no correspondan a una enfermedad física.
El hipocondríaco se resiste a aceptar que su problema sea psicólogico porque lo que siente es real, así que insiste en la idea de encontrar un diagnóstico claro y un tratamiento efectivo, iniciando nuevas consultas médicas, como única manera de solucionar su problema
El tratamiento de la hipocondría o ansiedad por enfermedad es eminentemente psicológico. El problema es el miedo a la enfermedad, no la enfermedad.