Emociones, divino tesoro
Las emociones pueden ser nuestro peor enemigo o nuestro mayor aliado. Pero, cuando surgen, lo primero que solemos hacer al enfrentarnos a ellas es rechazarlas: «¿Por qué apareces ahora? ¿Qué haces aquí? Vete, no te quiero…» Esta lucha por ocultar nuestra emoción, por ignorar el mensaje que nos quiere transmitir,