LA TRICOTILOMANIA EN LA INFANCIA: EL NIÑO QUE SE ARRANCA EL PELO
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¿Qué es la Tricotilomania?
La tricotilomanía, del griego trichós (cabello) y manía (impulso), es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Aunque la parte más afectada es la cabeza, también puede abarcar otras partes como las cejas, pestañas, axilas, barba, pubis o cualquier zona pilosa de la persona.
Según el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), la tricotilomanía está considerada como un trastorno del control de los impulsos. Los criterios diagnósticos son los siguientes:- Arrancarse el cabello de forma recurrente causando una notable pérdida del mismo.
- Una sensación creciente de tensión antes de arrancarse los cabellos o cuando se intenta inhibir este comportamiento.
- Una sensación agradable de gratificación, placer o satisfacción durante el acto de arrancarse los cabellos.
- Un malestar clínicamente significativo que le impide a la persona desempeñarse normalmente ya sea en el área social, laboral o de las relaciones interpersonales.
También pueden aparecer síntomas como:
- Apariencia desigual del cabello
- Parches descubiertos o pérdida del cabello por toda parte (difusa)
- Bloqueo (obstrucción) intestinal si las personas se comen el cabello que se arrancan
- Halar, tirar o retorcer constantemente del cabello
- Negar el hecho de halarse el cabello
- Aumento de la tensión antes de halarse el cabello
- Otros comportamientos de autoagresión
- Sensación de alivio, placer o gratificación después de halarse el cabello
El diagnóstico suele hacerse en función de las zonas calvas y descartando enfermedades dermatológicas como la alopecia o la calvicie común.
Según algunos estudios, la tricotilomanía comienza durante la primera infancia y es en la adolescencia donde se dan la mayoría de los casos. Durante esta edad muchos casos se desencadena a partir de los 3 o 4 años. En esta época el tirar es similar o se da al mismo tiempo que chuparse el dedo y otros hábitos. Se suele dar en períodos de separación de los padres, en la cama y cuando están cansados y aburridos. Estos hábitos nerviosos suelen remitir antes de la entrada al colegio.
Es un trastorno poco común y suele ser más frecuente durante la infancia y adolescencia que en la edad adulta. En esta etapa es más abundante encontrar el trastorno entre los niños varones, mientras que en la edad adulta es más característico en las mujeres. Afecta a un 4% de la población mundial y el 10% de los casos está relacionado con un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).
El comienzo antes de los 6 años está asociado a un pronóstico mejor, ya que suele ser un trastorno fácilmente cronificable y duradero.
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¿Qué característica tiene en los niños?
Aunque la Tricotilomanía sigue siendo poco estudiada en los niños, sabemos que se ha observado una incidencia mayor entre los dos y los seis años, evidentemente, antes de los dos años es muy difícil que el niño pueda coordinar con precisión sus movimientos motores para tirar con suficiente fuerza de sus cabellos. Después de los 18 años, es muy poco común que aparezcan nuevos casos.
Hay niños que con los mechones de pelo arrancados, elaboran bolas para jugar, otros se lo introducen en la boca o simplemente los rompen en trocitos más pequeños y realizan montoncitos con ellos para tirarlos por miedo a que los padres los descubran y los castiguen.
El menor puede tener como parte más afectada la cabeza ya que hay una cantidad mayor de pelo, pero también hay otras zonas del cuerpo que se ven dañadas por su comportamiento como las pestañas, cejas, etc.
Esta enfermedad suele causar el aislamiento del niño además de lesiones en el cuero cabelludo, o en las zonas dónde se arranca el pelo. De igual forma se pueden originar complicaciones digestivas en los niños que se comen el pelo, provocándole náuseas y vómitos. Es muy usual que el menor también se muerdan las uñas. (onicofagia)
La mayoría de los niños con tricotilómanos creen que son los únicos que padecen el trastorno. No pueden dejar de arrancarse el pelo ni tampoco saben por qué lo hacen. Por ello, que los padres les pregunten repetidas veces el motivo de su conducta no tiene ningún valor terapéutico. Es normal que el trastorno vaya asociado a otros como la ansiedad y la depresión.
En los adolescentes también pueden manifestarse ciertos rasgos obsesivos o compulsiones mentales como la onomatomanía (búsqueda obsesiva del significado de las palabras). -
¿Por qué se produce?
Hasta el momento se cree que son varias las causas que propician esta conducta, pueden ser: genéticas, biológicas y ambientales (posibles situaciones de estrés).
– Genéticas: se basan en la teoría de que son hereditarias. Eso significa que puede darse en otros miembros de la familia.
– Biológicas: expertos médicos creen que la tricotilomania se puede causar por una escasez o exceso de cierto neurotransmisor (producto químico en cerebro). Otros argumentan que una infección de estreptococo puede accionar los síntomas.
– Factores ambientales: los psicólogos defienden que puede ser debido a causas externas. Por ejemplo, la tensión o la depresión que pudo haber accionado la respuesta.
Los acontecimientos estresantes pueden iniciarlo, se sabe que en los niños suele tener como disparador el estrés psicosocial (mudanzas, cambios bruscos en su entorno, diferentes vivencias traumáticas). Como en otras patologías, y desde el enfoque de la modificación de conducta, nos interesa estudiar qué variables sostienen esta alteración del comportamiento. -
¿Por qué lo hacen?
Los niños que realizan esta acción, sienten una especie de alivio y siempre realizan el mismo ritual. Primero están muy tensos, empiezan a arrancarse el pelo y después sienten una sensación placentera provocada por las molestias del tirón de pelos.
La ligera molestia que resulta del arrancamiento se convierte en sensación de alivio, relax cuando se ha hecho. Es decir, el niño al tirar del pelo, cejas o pestañas reduce su ansiedad.
Este procedimiento lo hace en un primer momento cuando está nervioso, (mientras estudia, hace deberes……..) pero después también cuando esta aburrido o está solo viendo la TV, en el cuarto de baño. etc. Se produce una generalización de la conducta, apareciendo en muchas situaciones diferentes. -
¿Qué complicaciones se puede producir?
Las complicaciones generalmente se originan cuando el cabello arrancado es ingerido (tricofagia), lo cual puede ocasionar obstrucción intestinal o llevar a la desnutrición. El aparato digestivo no digiere el pelo, por lo que se acumula en las zonas del estómago que puede hasta hacerse como una pelota, necesitándose en algunos casos la cirugía para eliminarla.
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¿Cómo se trata?
El modelo cognitivo conductual basa su intervención en la terapia de reversión de hábito (Azrin, 1987). Es la forma de intervención que hoy promueve la comunidad científica como eficaz para la tricotilomanía. El objetivo es aprender a controlar el impulso nervioso hasta que este desaparezca.
Para tratar este trastorno psicológico, los especialistas aconsejamos un cambio de conducta radical, hay que intentar enseñar al niño a que se controle. No es para nada aconsejable raparle el pelo al cero o castigarlo, pues podemos provocar en el niño mayor angustia y acrecentar la magnitud del problema.
La hipótesis de trabajo, se centra en la idea de que el aprendizaje consciente de la ocurrencia del hábito puede ser eliminado mediante la interrupción de sus movimientos asociados y su secuencialización automatizada, estableciendo una respuesta física incompatible y controlando las contingencias que lo mantienen.
La base de la terapia es eliminar la conducta de arrancarse el pelo, a la vez que se fortalecen otras conductas incompatibles alternativas. La auto-observación y registro junto con el entrenamiento en respuesta alternativa de competencia han bastado para eliminar el hábito.
Este proceso, de unas pocas sesiones, permite evaluar –mediante mediciones concretas- la intensidad, duración y frecuencia del comportamiento que será erradicado.
Se recomienda además, la relajación muscular adecuada a niños (Koopen) para disminuir las intensas respuestas fisiológicas de malestar y disminuir así la tensión corporal general, técnicas de visualización, de auto-instrucciones, programa de actividades para mostrar la mejoría, etc.
Como en cualquier problema psicológico infantil es muy importante la participación de los padres en el tratamiento. En primer lugar, es fundamental que entiendan en qué consiste este trastorno y comprender que los niños, generalmente, no lo hacen de forma voluntaria.
Durante la infancia sólo se aconseja los tratamientos farmacológicos en casos de cronificación severa.
Algunos expertos recomiendan tratamientos farmacológicos centrados en inhibidores de serotonina con la administración de antidepresivos como la fluoxetina. Aunque en muchos casos, se reducen los síntomas pero no se elimina el trastorno. Por ello, el tratamiento psicológico es fundamental para resolver el trastorno.